Leyenda del Volcán Chichonal
Un día, una noche, un volcán....
En el estado de Chiapas los volcanes nunca fueron motivo de alarma hasta principios de 1982, cuando un edificio volcánico, aparentemente dormido despertó. Era el Chichonal.
Fue una noche muy larga y sombría sin estrellas en elfirmamento, la belleza quedó enel intento porque el cielo esta vez se nubló.
Fue una noche muy larga y sombría sin estrellas en elfirmamento, la belleza quedó enel intento porque el cielo esta vez se nubló.
Eran las 22:30 horas del domingo 28 de marzo. Aunque desde varias semanas antes ya habían ocurrido sismos(señal de alarma que la naturaleza emite para ponernos sobre aviso), ese día y a tal hora nuestro volcán entró en una etapa de intensa actividad. En el campo sentíamos la tierra más caliente que lo de costumbre, por abajo ya andaba la lumbre que de noche vino a sorprendernos.
Enormes cantidades de ceniza cubrieron un área de más de 100 km a la redonda. Esto quiere decir, que su zona de influencia directa fue más allá de Chiapas: llegó a Tabasco, a Oaxaca, a Veracruz, a Campeche, alcanzando hasta 15 cm de espesor en algunos lugares. Las emisiones de ceniza no sólo afectaron al suelo inutilizando cosechas, bosques y pastizales, además de repercutir en la vida de más de 20 poblados, sino que la atmósfera también se vio afectada al llenarse el aire de impurezas y originar un oscurecimiento tal que el día parecía noche. Curiosamente esta situación trajo consigo un fenómeno opuesto en la mayor parte del país, fenómeno que nada tenía que ver con la furia desatada por la naturaleza en Chiapas: a partir de entonces los crepúsculos que admiraron nuestros amigos del norte y centro de México eran de colores más vivos e intensos; rojos y naranjas, morados y amarillos embellecían el atardecer.
Majestuoso se ve entre los camposEl volcán que se yergueImponente, cuánto daño le causó A la gente pero nadie lo pudoEvitar.
Majestuoso se ve entre los camposEl volcán que se yergueImponente, cuánto daño le causó A la gente pero nadie lo pudoEvitar.
La economía chiapaneca sufrió muchos daños, principalmente en la ganadería y la agricultura, a causa de la ardiente ceniza. Sin embargo, pese a los incalculables efectos, nuestros campos han empezado a regenerarse. Las lluvias han contribuido con su importante tarea a que pronto produzcan las tierras afectadas. Como aquella leyenda del Ave Fénix que resurgía de sus cenizas, los alrededores del Chichón, volverán algún día, una noche, a tener el color verde que siempre ha distinguido al norte chiapaneco.
060 m de altura que se localiza en el noroeste del estado de Chiapas, en una región montañosa que comprende los municipios de Francisco León y Chapultenango.Durante poco más de un siglo los volcanes del sureste mexicano permanecieron en un profundo letargo. Sin embargo, en la noche del domingo 28 de marzo de 1982, a las 23:32 horas, intempestivamente despertó un volcán hasta entonces casi desconocido: El Chichonal. Su erupción fue del tipo pliniana, y tan violenta que en cuarenta minutos la columna eruptiva abarcó 100 km de diámetro por casi 17 de alto.En la madrugada del día 29 una lluvia de ceniza cayó en los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche y parte de Oaxaca, Veracruz y Puebla. Fue necesario desalojar a miles de habitantes de la región; los aeropuertos se cerraron, al igual que gran parte de los caminos. Las plantaciones de plátano, cacao, café y otros cultivos terminaron destruidas.En los siguientes días continuaron las explosiones y la bruma volcánica se extendió hasta el centro del país. El 4 de abril se presentó una explosión más fuerte y prolongada que la del 28 de marzo; esta nueva erupción produjo una columna que penetró en la estratosfera; en unos cuantos días, la porción más densa de la nube de ceniza circundó el planeta: llegó a Hawai el 9 de abril; a Japón, el 18; al Mar Rojo, el 21 y, por último, el 26 de abril cruza el océano Atlántico.A casi veinte años de estos sucesos, El Chichonal es ahora un recuerdo lejano en la memoria colectiva, de tal forma que para muchos jóvenes y niños sólo representa el nombre de un volcán que aparece en los libros de historia. Con el propósito de conmemorar un aniversario más de la erupción y ver qué condiciones guarda ahora El Chichonal, viajamos a este interesante lugar
Eran las 22:30 horas del domingo 28 de marzo. Aunque desde varias semanas antes ya habían ocurrido sismos(señal de alarma que la naturaleza emite para ponernos sobre aviso), ese día y a tal hora nuestro volcán entró en una etapa de intensa actividad. En el campo sentíamos la tierra más caliente que lo de costumbre, por abajo ya andaba la lumbre que de noche vino a sorprendernos.Enormes cantidades de ceniza cubrieron un área de más de 100 km a la redonda. Esto quiere decir, que su zona de influencia directa fue más allá de Chiapas: llegó a Tabasco, a Oaxaca, a Veracruz, a Campeche, alcanzando hasta 15 cm de espesor en algunos lugares. Las emisiones de ceniza no sólo afectaron al suelo inutilizando cosechas, bosques y pastizales, además de repercutir en la vida de más de 20 poblados, sino que la atmósfera también se vio afectada al llenarse el aire de impurezas y originar un oscurecimiento tal que el día parecía noche. Curiosamente esta situación trajo consigo un fenómeno opuesto en la mayor parte del país, fenómeno que nada tenía que ver con la furia desatada por la naturaleza en Chiapas: a partir de entonces los crepúsculos que admiraron nuestros amigos del norte y centro de México eran de colores más vivos e intensos; rojos y naranjas, morados y amarillos embellecían el atardecer.